
Las autoridades del Instituto siguen estirando la definición de mejoras arancelarias
En octubre se cumplirá exactamente un año del último incremento arancelario que el Instituto de Obra Médico Asistencial reconoció a los bioquímicos de la provincia de Buenos Aires.
El dato es tan sencillo como demoledor
Demoledor para los profesionales bonaerenses del laboratorio, que vimos cómo, cuando la inflación trepaba a poco más del 53%, a nosotros el IOMA solamente nos aumentaba un 32% por ciento en igual lapso de tiempo.
Demoledor también porque la nueva gestión del Instituto anuló el aumento que para noviembre y diciembre últimos se había acordado formalmente con la anterior administración. Demoledor porque la pandemia de Covid 19 ha encarecido muchísimo los costos de laboratorio para cumplir con el protocolo de atención; demoledor porque hay que hacer frente al aumento salarial de los trabajadores de nuestros establecimientos y, como si no bastaran motivos, porque el dólar sigue aumentando y con ello se dispara el valor de los insumos importados que se emplean para gran cantidad de determinaciones.
Desde que asumió Homero Giles la conducción del IOMA, los bioquímicos no hemos tenido ningún aumento arancelario y ha pasado y sigue pasando “mucha agua bajo el puente” de la pandemia y la inflación.
Así, las cosas, la conducción del IOMA posterga una y otra vez los aumentos que necesitamos, tanto en el valor de la cápita, como en el de las determinaciones que se abonan por prestación y en los bonos de los coseguros.
Las negociaciones con la nueva conducción de la obra social vienen siendo muy dificultosas desde un principio, y la cuarentena primero y el distanciamiento social después, las han complicado aún más, pero más allá de esas circunstancias, lo que más preocupa es la política que se lleva adelante desde el Instituto y que nos afecta con particular dureza.
Ya en agosto, después de varios meses de escasos y complicados contactos con distintos directivos del IOMA, la Federación Bioquímica había cursado una nota al titular del Instituto reclamando una mejora arancelaria del 35% y un aumento mínimo de los coseguros del 60%.
Llegando a mediados de año fuentes calificadas del Instituto habían anticipado oficiosamente y sin confirmarlo, que se dispondría un incremento pero que se estaba analizando la cuantía, pero solamente se trató, visto en perspectiva lo acontecido, de un recurso distractivo para estirar los tiempos.
Algunas reuniones virtuales mediante la plataforma Zoom fracasaron a último momento por distintos motivos esgrimidos desde IOMA y por eso en agosto se decidió cursar la nota en la que se hizo referencia, entre otras cuestiones, a las “serias dificultades en la economía de nuestros laboratorios” causadas por la falta de apoyo por parte de la mutual.
El lunes 21 de septiembre se llevó a cabo un encuentro virtual, del que participaron, por parte de la Federación Bioquímica, los Dres. Claudio Cova, Alberto Torres, Gabriel Di Bastiano y Luis García, y por el Instituto, su Director de Prestaciones, Dr. Nils Picca y el Director general de Administración, Gustavo Martínez.
La conducción de FABA insistió en el mismo reclamo que ya se había formulado en la nota cursada al titular del Instituto en agosto, mientras que los directivos de la obra social por su parte señalaron que antes de determinar algún aumento debían analizar ”números”, como por ejemplo, la tasa de uso, las prácticas de laboratorio solicitadas según las patologías y una serie de factores que ya en su momento fueron aportados, un pormenorizado detalle técnico que les había enviado la Federación Bioquímica a pedido del IOMA en los primeros meses de la nueva administración.
Una reunión que puede calificarse como dura y cuyos resultados fueron analizados por el Comité de FABA en su habitual sesión de cada último viernes de mes.
Con ese estado de cosas a la vista, se resolvió pedir una entrevista del Presidente de FABA, Dr. Claudio Cova, con el Dr. Giles para buscar una solución directa entre los titulares de ambas instituciones, porque para los bioquímicos bonaerenses, con la realidad en la que se ve inmerso el país, se hace cada vez más difícil mantener la calidad en la atención a la que están acostumbrados los beneficiarios del IOMA.
Fuente: FABA Informa