
Nadina Díaz, defensora del Pueblo de Río Negro, aseguró que “es necesario redoblar esfuerzos para garantizar la bioseguridad en el hospital de Bariloche”. De acuerdo a un informe realizado por el Departamento de Seguridad e Higiene de la Secretaría de Trabajo, los sectores con mayores problemas de este tipo son Oncología, Tomografía y Revelado de placas por Rayos X.
Un informe realizado por el Departamento de Seguridad e Higiene de la Secretaría de Trabajo, en el Hospital Ramón Carrillo de Bariloche, da cuenta de la crítica situación edilicia, en la que la falta de planificación y de inversiones expone al personal y a los pacientes a distintos riesgos.
En el marco del amparo colectivo presentado por la Defensoría del Pueblo de Río Negro ante la Cámara Laboral, a mediados del mes de octubre se realizaron dos inspecciones. A pedido del juez Rubén Marigo, personal del organismo provincial verificó las condiciones de las instalaciones, los lugares de trabajo, y el ingreso, tránsito y egreso del personal. Según el registro que realizaron, los sectores con mayores problemas de bioseguridad son Oncología, Tomografía y Revelado de placas por Rayos X.
En el sector de Oncología, el personal continúa trabajando en una habitación cerrada con una cabina de flujo laminar en la que se manipulan agentes citostáticos (cancerígenos, mutagénicos y teratogénicos) con una campana de extracción de gases, vapores y partículas tóxicas que no funciona correctamente. Esta situación abarca también al sector de tratamiento de los pacientes donde, según lo manifestado por el personal, los depósitos de residuos son de tamaño inadecuado, se basan diariamente y exponen al personal y a los pacientes a los vapores tóxicos, además de los propios gases y vapores que se producen por el manejo habitual de las sustancias.
En el área de Tomografía, el cristal de la cabina de control del tomógrafo no sería plomado por lo que las radiaciones ionizantes emanadas impactan de forma directa en el personal.
En el caso del sector de revelado de placas de rayos x, según lo informado por el personal, el caudal de aire perteneciente al sector es muy bajo y el olor del revelado es demasiado alto. Al momento de la recorrida, se constató el olor a dicha sustancia, tanto en el sector como en los pasillos lindantes. Los trabajadores manipulan G 334 Parte A, G334 Parte B, G 138 Parte A, G 138 Parte B y G 138 Parte C. El personal no dispone de los elementos de protección específico para el revelado y, consultado acerca de la disposición final de los residuos, se informó que son arrojados en la cloaca, sin darle tratamiento.
Por otra parte, en el área de Quirófanos se sugirió señalizar y mejorar el espacio en el que se maneja Glutaraldehido (al 2 %) para la esterilización en frío. Si bien este producto, se trabaja bajo campana de extracción de vapores, en recipientes cerrados, se realiza en un sector muy reducido, que también se utiliza como depósito de otros materiales.
Entre los puntos analizados, se hizo referencia al ascensor del sector antiguo que requiere de una revisión y refacción permanente. Al momento de la recorrida los sistemas de traba de las puertas no funcionaban correctamente. Según se señala, no se lleva un registro escrito del mantenimiento ni control periódico con personal especializado.
Si bien el informe pone de manifiesto una situación evidente, no abarca la totalidad del hospital por lo que Nadina Díaz pedirá que se realice una inspección más exhaustiva para que se incluya, por ejemplo, un relevamiento al área de Esterilización y Anexo, la Guardia y los ascensores del edificio nuevo, entre otros espacios.
«Observamos con preocupación la situación edilicia del hospital Ramón Carrillo, tanto en su parte vieja como en algunos sectores de la nueva por lo que vamos a sugerir redoblar esfuerzos en obras y mantenimiento para garantizar la bioseguridad del hospital de Bariloche», manifestó la defensora.
Fuente:»El Ciudadano»