
La Asociación de Agentes de Propaganda Médica (AAPM-CTA), el gremio que reúne a los visitadores médicos, rechazó el lunes un aumento salarial del 33 por ciento más el pago, por única vez, de una suma no remunerativa de 4950 pesos. Sin acuerdo, la paritaria se empantanó y el sindicato evalúa futuras medidas de fuerza.
«Como mínimo, exigimos un 35 por ciento, que es el piso de la inflación. O, al menos, negociar algunas condiciones laborales, como la antigüedad sin límite, las licencias especiales o la sala maternal», argumentó su postura Ricardo Peidro, referente gremial de los visitadores médicos y número dos de la CTA.
El gremio, que agrupa a casi 7000 trabajadores, logró buenos acuerdos salariales durante los últimos dos años. En 2013, cerró por encima del 30 por ciento más una bonificación a fin de año, lo que llevó el sueldo básico a 11.700 pesos.
“Las cámaras de la Industria Farmacéutica (CAEME, CILFA y COOPERALA) nuevamente se muestran intransigentes ante el reclamo de los trabajadores visitadores médicos lo que hace que indefectiblemente comiencen las medidas de fuerza con la metodología que establezcan los plenarios de secretarios generales y de delegados”, se quejaron desde el gremio.
Desde AAPM remarcan que “todos los indicadores llevados adelante por estadísticas oficiales o consultoras privadas muestran que la industria farmacéutica tiene un crecimiento permanente en su facturación y rentabilidad”. Pese a ello, mantienen su exigencia de que los agentes de propaganda médica “firmemos un acuerdo salarial por debajo de la pauta inflacionaria”.