
En el hospital El Dique de Ensenada
Hoy, 15 días después, lo pueden contar, mirarse y hasta sonreír. Ella se llama Macarena, tiene 19 años y está embarazada de 3 meses. Están en el hospital provincial El Dique, de Ensenada. Lo acaban de revisar esta mañana dos licenciados en ortesis, Rubén Corrao y José Qoarín, encargados de hacerle una nueva prótesis, esta vez a medida, de acero y aluminio con una rodilla mecánica, que será financiada por el ministerio de Salud de la Provincia.
Diez años antes del episodio del puente, cuando Tony tenía 17, le dieron un tiro en la pierna en un asalto. La herida se le infectó y se la tuvieron que amputar. Cuando volvió a su casa de Dock Sud “un vecino me regaló esta prótesis de hierro. Es pesada, estaba rota y no calzaba bien, pero mi tío, que es herrero como yo, me la soldó”.
Mientras cuenta la historia Alejandro Collia, el ministro de Salud de la Provincia, llega al hospital para saludarlos y solidarizarse con la pareja. Le dice que los vio en la tele, que quedó impresionado por el salvajismo y por el empuje de Macarena para ir a rescatar a su novio. Le asegura que tanto el ministro de Desarrollo Social, Eduardo Aparicio, como él están a disposición para darles una mano.
“En principio los especialistas del hospital van a confeccionar una prótesis acorde a las necesidades de Tony; hoy lo citaron para examinarlo y decidir de qué manera hacerla. Creemos que en un mes estará lista y eso va a ser clave para mejorar su calidad de vida”, explicó Collia y agregó que “se trata de la segunda prótesis que hace el flamante programa de Prótesis para personas sin obra social”.
Ahora Tony carga con una prótesis de hierro que pesa, por lo menos, ocho kilos y lo deja exhausto después de caminar un par de horas. “La nueva prótesis no llegará ni a cuatro kilos, es metálica y está revestida con materiales termoplásticos que simulan una pierna real”, explica Corrao.
MAL RECUERDO
El 12 de marzo, cuando Macarena le dijo a Tony que tenía pérdidas, él no lo dudó. “Vamos al hospital”, le dijo. Se subieron a la moto y enfilaron para el Argerich, a unas diez cuadras de su casa.
Con tanta mala suerte que se toparon con una protesta de portuarios que cortaba el puente Avellaneda. “Nosotros ya habíamos convencido a unos pibes para que nos dejen avanzar, pero un poco más adelante nos agarraron otros, eran como treinta. Le empezaron a pegar al Tony hasta que en un momento lo agarraron y lo tiraron; primero quedó enganchado con la prótesis y después vino otro y lo empujó”, se acuerda Macarena.
Al final, ambos fueron trasladados al Argerich, donde lo suturaron y le hicieron varias curaciones. Después, Tony volvió a ver los momentos de salvajismo que lo tuvieron en el centro de la escena por la televisión. No se acordaba de nada.